Traerse a casa las luces
de aquella noche
y aquel regalo
que eran lo mismo
pero uno venía envuelto
y la otra quería descubrir el universo,
desnudada a confesiones,
entregada como tributo a las digresiones
del querer se(r) de la rutina,
hecha chistera,
mar de las derivas
que calman y enloquecen,
placebo contra el pasado,
acicate para el presente,
que ya no puedo callar
lo que mis manos sienten.
Se me cierran los ojos durante el día
si me llamas a que escriba.
Apretujo las letras entre tus páginas,
aunque estos versos no serán los más agraciados
por no tener una lágrima a su lado,
esperaron tanto tiempo su turno
que seria una injusticia
no darles tinta
ahora que palpitan,
embravecidas masas
gritando que tenían razón
y el jamás sólo era una pista.
Deseando que la luna detenga la espera,
sólo por dar a un interruptor
y que los sueños se pongan en marcha.
Pasa a recogerme pronto
porque no quiero que me pille la lluvia
con el corazón a la intemperie.