miércoles, 15 de mayo de 2019
Luces II
Ahora que no temo a la intemperie,
caminando entre memorias,
con la insensatez de quien ha sido feliz,
recuerdo las cosas que van a ocurrir,
que al final
la luna pasó a recogerme,
que hizo un mural de nuestros pasos
y puso en marcha estrellas danzarinas.
Pero los jamases se detuvieron
sin razones a las que gritar,
cuando calló el reloj
y no pude soportar tanto silencio.
Pase lo que pase
esta es mi forma de darte las gracias
a ti
que me has enseñado
que el plano de la fantasía
no es otro que el que tiñe el corazón
en cielos de acuarela,
el que vuela a lomos de
un laberinto de realidad desfogada,
el que irradia creatividad como
estilo de vida,
el que acaricia las hojas
de un árbol para nada marchito,
el que es beso y aliento
de una sinfonía que parecía acabada.
A ti
que me hiciste entender
que también hay abrazos en los silencios
y cuidados en las miradas,
que las lágrimas son espejos
de las pasiones más contradictorias,
que el sueño merece la alegría
hasta los límites del caos,
y que despertar no siempre implica
desechar lo soñado
sino atesorarlo
seguido de tres puntos
en el cajón desastre
de los momentos que definen
nuestras virtudes.
A ti
que aunque te hable en pasado
te pienso en presente,
trascendiendo los tiempos
para darte espacio,
libertad,
alas con las que emprender nuevas aventuras,
plumas con las que trazar nuevas realidades.
A ti,
por si alguna vez te sientes sola,
por si alguna vez olvidas lo que vales
o cesas en la guerra por creer en ti
que tengas presente todo lo que has hecho florecer
en una irracional,
lo mucho que admiro tu entereza
en las batallas que libras día a día
y la rotundidad con que te prometo que
siempre podrás contar con mi palabra,
lo más valioso que tengo,
como refugio contra cualquier adversidad.
Como serendipia que volvió a prender
la luz
en mí
no descarto redescubrirnos
sin sombras.
Sin embargo,
ahora es tu momento
y el mío
de tomar aire
para definir los fuegos que queremos avivar,
en sendas paralelas
por conservar la mucha belleza
que creamos
cuando somos.
Como serendipia que se ha hecho un hueco
en todos mis mapas,
para mí,
ya eres
compañera de viaje.
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