sábado, 6 de mayo de 2017

Los círculos

   Meses atrás
   me vi descansando 
   en camas de ceniza,
   sin causa aparente
   ni razones confesables.

   Buscando sin encontrar 
   geometrías a las que ensamblarme.
   Aristas de más o de menos 
   rompían la continua simetría.

   Pero allí, 
   descosida en poliedros,
   reparé en que ya había encontrado los círculos, 
   suspendidos, siempre en vuelo, 
   como móviles contra el insomnio, 
   atrapasueños que liberan vida,
   que invocan los motivos 
   por los que seguir añadiendo noches al contador.

   Las almas sin cuadratura,
   la órbita de sueños y quimeras compartidas,
   los ciclos de películas y café, 
   las vueltas en metro, 
   las voces que alivian los ángulos en ondas,
   que cantan esta noche,
   las carreras por la periferia de la cordura, 
   los planes, los viajes de un futuro helicoidal,
   las risas, siempre, aun en momentos de curvas.

   Así fue cómo esta sencilla parábola, 
   con la que me tropecé al mirar afuera,
   se hizo realidad 
   al materializarse dentro de mí.


                                                         Gracias a todos mis círculos.